Hace clic…
Para leer las demás noticias, en nuestro
Y otro para seguirnos en
Correo
Se firmó la nueva normativa de Seguros, que hoy se publicará en el Boletín Oficial. Entre los cambios más salientes se destacan la simplificación de las exigencias para determinadas ramas de menor riesgo, como ART, la exigencia de una autoevaluación de riesgos anuales para las compañías de seguros de vida y retiro y bianual para otras ramas, como seguros patrimoniales.
Otros temas a destacar son la posibilidad de definir el perfil de riesgo cliente y aplicar procesos de debida diligencia en función del nivel de riesgo. Esto conlleva la flexibilización de las exigencias de actualización de legajos de clientes anuales, dejando incluso para clientes de riesgo medio la posibilidad de actualizar cada tres años con información pública y para el cliente de bajo riesgo que cada compañía defina la necesidad de actualización.
"Donde se incrementan las exigencias es en los regímenes informativos, ya que destacaron que si bien las exigencias a nivel cumplimiento se flexibilizan, es trascendental para los órganos de supervisión contar con información que permita consolidar a nivel sistema. Quizás lo que no sea riesgoso para una compañía (por ejemplo en seguros patrimoniales que un cliente contrate pólizas individuales para autos o bienes de lujo como embarcaciones o yates) sí puede serlo viendo la información consolidada del sistema", advierte Nicolás Franco, socio de BDO.
Algunos puntos de la norma se discutieron con los regulados y desde la UIF y la Superintendencia de Seguros se comprometieron a evaluarlos e incluso clarificarlos a través de una guía de implementación. Por ejemplo, la discriminación dentro de las exigencias a compañías de seguros de vida con capitalización de aquellos de menor riesgo, como vida colectivo.
Por otra parte, se ratificó la importancia de la revisión externa independiente, que para el regulador es un elemento de importancia que se sumará a su matriz de riesgos al definir el esquema de supervisión. A las empresas les permitirá reducir los costos de estructura, aunque ahora de ahí a bajar precio dependerá de cada una.
Con la autoevaluación que hacen de entrada, van a redefinir estructura y recursos. Para las aseguradoras, es importante dejar de tener que actualizar legajos todos los años, ya que hay ramas que quedan afuera como ART, se reducen las exigencias para seguros patrimoniales, pueden segmentar clientes por riesgo y aplicar procesos diferenciados, pasa a ser optativo el comité, pero los obligan a tener un revisor externo.
"Para cada cliente que va a una compañía de seguro hay que armar un legajo, juntar documentación, pedirle copia, ahora directamente si es por ART no te pide nada, por seguros patrimoniales es mucho más flexible, y seguro de vida con capitalización recién ahí tenés que hacer un perfil de prevención de lavado y todo lo que implica, pero desburocratizó totalmente el proceso. Antes todos los años tenías que actualizar todo el legajo, de todos los clientes, lo que llevaba mucho tiempo, ahora si los clientes no son de riesgo, no los tenés que actualizar más", precisa la fuente.
A nivel fechas de implementación el cronograma prevé que al 30 de septiembre de 2018 las compañías deberán contar con la metodología de autoevaluación aprobada, al 31 de diciembre la deberán tener implementada y aprobada por el órgano de administración y al 31 de marzo de 2019 todos los manuales de procesos adecuados.
"Se vienen meses intensos y un gran desafío para el sector asegurador, que deberá sentar los cimientos para lograr una gestión efectiva en materia de prevención de lavado de activos; para muchos también, la oportunidad de desburocratizar sus procesos y dejar un enfoque de juntar papeles para poner el foco en lo importante: la prevención", concluye Franco.
Fuente: El Cronista