Cambio de tendencia Autos: más gente resigna el seguro “todo riesgo” y se expone a costosos arreglos

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Frente a subas de cuotas que llegaron al 80% en 2019, crecieron los pedidos de pasar a planes más baratos, con menor cobertura. El peligro: gastar un dineral en el taller ante accidentes comunes.

Llenar sólo dos veces el tanque de nafta, en Capital y con súper de YPF, requiere este enero más de $ 5.300. Una cochera fija, en un garaje de un barrio medio, succionará otros $ 4.300 al mes. La patente, cada bimestre, drenará un monto similar o mayor si el auto es relativamente joven. Y, como si a eso no hubiera que sumar fichas de parquímetro, propinas obligadas a cuidacoches, peajes y visitas al lavadero, cae la gota que rebalsa el vaso: la renovación del seguro pasa por debajo de la puerta con el aviso de otro feroz aumento en las próximas cuotas.

"Ya basta", parecen haber dicho frente a esto automovilistas de todo el país, y tomaron medidas. Así, tras varios años donde las pólizas más caras y completas venían sumando clientes, esa tendencia se revirtió.

Compañías y brokers consultados por Clarín contaron que, en los últimos meses, crecieron de forma notoria los llamados de clientes pidiendo un alivio en su cuota mensual. Esto, claro, a cambio de una cobertura menor si ocurre un siniestro. O, dicho de otra forma, una mayor exposición del bolsillo frente a los peligros de la calle.

"El asegurado se vio obligado a buscar precios, comparar y en muchos casos a cambiar de compañía. Y en general, el traspaso fue a coberturas de menor valor, contrariamente a lo había pasado en la última década, cuando la tendencia había sido a mejorar los niveles de protección", explica a Clarín Julian Alí, gerente Técnico de San Cristóbal Seguros.

Este vuelco en “cascada” a planes más económicos se observó en todo nivel al profundizarse la crisis, pero con especial intensidad entre los que tenían las pólizas más costosas: aquellas que protegen contra "todo riesgo", caracterizadas por cubrir -siempre con "letra chica"- casi cualquier daño que pueda sufrir el vehículo.

Según Alí, para seguir en esquemas todo riesgo, lo que muchos hicieron fue aumentar la franquicia de su póliza. Esto es, la parte del costo de cada siniestro que se compromete a pagar el asegurado (suele ser de $ 8 mil a $ 30 mil o un porcentaje fijo), y a partir de la cual responde la compañía. Pero otros, pasaron directamente a contratos más básicos, que cubren sólo los daños provocados a terceros y algunos siniestros graves del auto propio (como el robo total o la destrucción total).

"Los clientes se contactan con la compañía para buscar otras alternativas de cobertura", comparte Martín Paiva, gerente de Canal Directo y de Productores de La Caja, y destaca que allí les ofrecen, en esos casos, opciones con diversa relación "precio/cobertura".

"Hoy vemos muchos clientes buscando alternativas", confirma Jonathan Lew, director de Seguros Patrimoniales del broker Grupo Absa. "Gente con seguros todo riesgo pide aumentar la franquicia o pasar a uno contra terceros completo, y logra ahorrarse quizás $ 2.000 o $ 2.500 cada mes", amplía, y dice que las opciones más restrictivas también se están eligiendo más en primeras contrataciones.

"Con una inflación tan alta y la necesidad de reducir gastos, la gente empezó a consultarnos más a los brokers sobre opciones más económicas, en su misma compañía o en otras. Lo que se calcula en el mercado es que, si antes un 25% de los asegurados tenía cobertura todo riesgo, el año pasado eso cayó al 15%​. Y entre ese 15%, muchos aumentaron las franquicias", agrega Marcelo Montañez, presidente de MGP Broker, firma del grupo Megapro.

El punto de inflexión, destacan los expertos, fueron las impresionantes subas de precio que detonó la devaluación de agosto. Por un lado, en los repuestos para autos, que muchas veces superaron incluso el salto anual del dólar (62%). Y por otro lado, en las "sumas aseguradas": lo que cuesta reponer un coche siniestrado. Los cero kilómetro cerraron 2019 un 73% más caros, según el Índice de Precios de la Ciudad, y ya casi no hay modelos a menos de $ 700.000 (de lista).

En este marco, estiman en San Cristóbal, las cuotas de los seguros sufrieron en 2019 un incremento similar al de la inflación general (53,8%, dijo el Indec), aunque con mucha disparidad según el tipo de póliza. "Los menos afectados fueron los de responsabilidad civil, con ajustes de entre 40 y 50%, y los de vehículos antiguos. Pero en los de todo riesgo el impacto fue mayor porque sus precios están mucho más atados al valor del vehículo. Hubo cero kilómetro que casi duplicaron su precio en el año. Y eso provocó impactos de entre un 70% y un 80% en los pagos mensuales del seguro", explica Alí.

Se trata de aumentos que fueron llegando en partes, con las renovaciones periódicas de cada póliza. Aunque, en los últimos meses, por el pico inflacionario, a quienes tienen contratos de actualización semestral la compañía debió sugerirles hacer un ajuste extraordinario o endoso, para que la suma asegurada en pesos, si quedó muy desfasada, vuelva acercarse al valor de mercado del vehículo que se pretende proteger. Los endosos también elevan las franquicias y las cuotas a pagar.

Lo que advierten los especialistas es que, al salir del seguro todo riesgo, lo que puede parecer un ahorro implica en realidad exponerse a sufrir un golpe durísimo al bolsillo ante cualquier daño que el auto sufra al andar o estacionado, y que no pueda reclamarse al seguro de quien lo provocó. Choques varios, abolladuras, rayones, impactos de granizo, ruptura de cristales y robos de partes son algunos de ellos.

Según Lew, de Grupo Absa, el todo riesgo "se ha vuelto más importante que nunca" por cómo se encarecieron las reparaciones. "Lo vemos todos los días. Hoy un choque mediano representa entre $ 200 mil y $ 500 mil en arreglos. Ante un robo de ruedas, otro caso muy habitual, las reposiciones completas están demandando $ 60 mil, $ 80 mil, incluso $ 120 mil por la llanta y la cubierta", ejemplifica.

"Hoy sólo cambiar el espejito de un auto puede valer entre $ 20 mil y $ 100 mil. Por eso, siempre aconsejamos el todo riesgo, aunque sea con franquicia elevada, de más de $ 18 mil, que acerca la cuota a lo que sería un terceros completo", suma Montañez.

"El costo de las reparaciones se disparó y, además, la frecuencia de siniestros también creció, quizás por el mayor uso del celular al volante. Por eso, reducir coberturas hoy no parece el mejor negocio", concluye Ali.

Y aporta más ejemplos. En promedio, tomando modelos de cuatro grandes marcas, reponer sólo un paragolpes delantero cuesta hoy $ 17.123 (62% más que hace un año), una óptica $ 19.701 (103% más) y un parabrisas $ 9.236 (52% más). Y esos costos no incluyen la mano de obra.

Los garajes porteños, con 8 de cada 10 cocheras vacías

Lejos quedó la época en la que costaba encontrar un garaje con cocheras disponibles para dejar el auto. Según datos de la Cámara de Garajes, Estacionamientos y Afines (Cagesra), en la Ciudad de Buenos Aires, el común de estos comercios tienen entre el 15% y el 20% de las plazas sin ocupar. Y la situación, dicen, tiende a profundizarse por la decisión de muchos conductores de hacer que su vehículo "duerma" a la intemperie, para alivianar el presupuesto mensual.

"Venimos castigados en los últimos 10 años, pero en los últimos meses la situación empeoró. Y hay zonas, como ciertas partes de Balvanera, donde ya están vacías el 25% de las plazas. Muchos garajes cerraron en la Ciudad, y aún así los que quedan no logran completarse, salvo en zonas muy puntuales", explica a Clarín Eduardo Sánchez, el presidente de la entidad.

"Cuando la gente anda mal de plata, lo primero que deja de pagar es la cochera. Y entre los que siguen pagando, lo que notamos es que no usan su vehículos como antes. Entre semana, quizás ya no lo sacan", añade.

Según Sánchez, el costo de las estadías por hora promedia hoy los $ 85 en la Ciudad, con variaciones entre $ 70 y $ 150 según la ubicación. Y si es por mes, los valores se mueven entre los $ 3.000 y los $ 7.000, con precios de $ 4.000 a $ 4.500 para zonas de clase media típica como Caballito o Palermo.

"A la gente le cuesta pagarlo, pero con estos valores muchos garajes están trabajando a pérdida. Hoy se debería estar cobrando al menos $ 8.000 o $ 9.000 por mes, pero no se puede llevar las tarifas a esos niveles porque la gente está sin plata, y te abandona", cierra.



Fuente: Clarín